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viernes, 19 abril, 2024

Repetir o combinar esquemas: cuál es la mejor estrategia para aplicar la tercera dosis de la vacuna contra el Covid

En la lucha contra el coronavirus y con la intención de mitigar el impacto de futuras olas va tomando forma la idea de aplicar una tercera dosis de la vacuna en nuestro país. La ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, adelantó el sábado que “está estipulado” contar con ellas “durante el primer semestre de 2022”. Una de las dudas que surge ante esta posibilidad es si es conveniente inclinarse por una inmunización homóloga, es decir, repetir la plataforma usada para las dos primeras dosis según el caso, como está haciendo Israel; o si es mejor recurrir a esquemas heterólogos con la combinación vacunas, como ocurre en Uruguay y Chile.

“Será necesario un refuerzo, independientemente de la plataforma. La vacuna contra el Covid-19 va más en la línea de la antigripal, que se actualiza todos los años, y no es como la de la polio o el sarampión, que protegen por décadas”, advierte Jorge Geffner, doctor en Bioquímica y profesor de Inmunología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

Hay tres aspectos a considerar en relación a las vacunas: la seguridad, la inmunogenicidad (cuánto se incrementan los anticuerpos a partir de su aplicación) y la eficacia y efectividad o el alcance de la protección.

“Estamos observando que todas las vacunas tienen altos niveles de seguridad y también de eficacia y efectividad. Lo que puede variar es el grado de inmunogenicidad aunque la diferencia en los niveles de anticuerpos no sería tan significativa”, sostiene el experto, que es investigador superior del Conicet.

En nuestro país ya hay más del 54% de la población vacunada con dos dosis. Foto Juano Tesone

Dice que durante el próximo año todos deberíamos recibir una tercera dosis que funcione como booster y, en consecuencia, ayude a incrementar los niveles de anticuerpos.

Sobre los plazos, Geffner asegura que un paper de Pfizer publicado hace dos semanas en la revista científica The Lancet muestra que 6 meses después de la segunda dosis la protección contra la enfermedad severa se mantiene cercana al 90% y que baja al 70% la inmunidad contra la infección leve. También señala que hay estudios de AstraZeneca que describen una situación similar, superados los 8 o 9 meses de la segunda dosis.

“Y la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda esperar entre 6 y 8 meses aunque esa indicación está más relacionada con priorizar la aplicación de primeras y segundas dosis en países de África, Asia y América Latina que están más atrasados”, comenta Geffner. Y remarca que el acceso desigual a las vacunas es un tema a tener en cuenta que implica un “debate importante”.

Más anticuerpos Ante la consulta por la mejor opción para el refuerzo y si recomienda recurrir a un esquema homólogo o heterólogo, el especialista señala que “aún no está claro”.

“Frente a ambos escenarios, los anticuerpos van a aumentar. No se probaron las terceras dosis en los ensayos de combinación de vacunas de Argentina pero los resultados para completar los esquemas de Sputnik V con Moderna y AstraZeneca fueron muy buenos”, aporta.

Los adultos mayores fueron el primer grupo etario vacunado en nuestro país y la mayoría recibió Sputnik V. Foto Maxi Failla

A nivel de eficacia o de protección, “estimamos que será parecido reforzar con un sistema homólogo o heterólogo”. En términos de niveles de anticuerpos “es probable que suban un poco más los títulos de anticuerpos con la plataforma de ARN mensajero, con Pfizer o Moderna”.

En cuanto a Sinopharm, Geffner explica que la usaría “como tercera dosis homóloga, para aquellos que recibieron las dos primeras dosis de esa vacuna”. El otro posible esquema homólogo sería una tercera de AstraZeneca para los que ya fueron inmunizados con dos de ese laboratorio.

Para esquemas heterólogos se podría combinar Sputnik V, AstraZeneca o Sinopharm con Pfizer o Moderna.

Afirma que es posible tomar ejemplos como el de Israel, que está vacunando con un refuerzo homólogo: una tercera dosis de Pfizer. En la misma situación se encuentra Estados Unidos que, en su mayoría, también está aplicando refuerzos con ARN mensajero entre los que ya recibieron dos dosis de esa misma plataforma.

En Reino Unido, cuenta Geffner, están utilizando ambos caminos: algunos combinan AstraZeneca con Pfizer y otros están recibiendo un refuerzo homólogo. Chile y Uruguay están sumando a los esquemas de Sinovac un refuerzo de Pfizer.

Por quiénes empezar Para Geffner, habría que iniciar la aplicación de las terceras dosis con aquellos pacientes que tengan inmunodeficiencias, ya sea pacientes oncológicos o personas trasplantadas, entre otros. Luego sí continuar con el personal de salud y los adultos mayores.

En este sentido y sobre las terceras dosis, la ministra Carla Vizzotti destacó en diálogo con Urbana Play que “hay personas que dentro de poco van a cumplir un año desde la primera aplicación. Y en febrero ya habrán pasado 12 meses desde que completaron su esquema. Seguramente, vamos a empezar con ellos y continuaremos escalonadamente como hicimos durante este año”.

La disponibilidad de dosis será uno de los factores para definir qué estrategia de tercera dosis seguir. Foto Rafael Mario Quinteros

La cartera de Salud fue consultada al respecto por este diario y se limitaron a decir que “es algo que se va a analizar durante este trimestre para definir el 2022”.

Cuestión de disponibilidad Para Horacio Salomón, bioquímico, doctor en Virología e investigador superior del Conicet, “la mejor tercera dosis es la que tengamos disponible”.

“No hay tanta experiencia sobre refuerzos y lo que sucede cuando pasa el tiempo porque hace muy poco que se están aplicando. Creo que cualquier vacuna va a funcionar como booster y eso es lo fundamental. Está claro, además, que contar con tres dosis va a ser mejor que solo con dos”, resalta Salomón.

“Tuvimos muy buenos resultados con los esquemas heterólogos al utilizar Sputnik V como primera dosis y Moderna como segunda. Y hay un estudio de Pfizer que evidencia un aumento significativo en la capacidad de la respuesta inmune al utilizarla de refuerzo: la prevención de complicaciones subiría al 95%”, agrega.

Y aclara: “Más allá de los títulos de anticuerpos, lo realmente relevante tiene que ver con la eficacia y la efectividad y considero que los resultados van a ser similares con todas las combinaciones”.

Salomón sugiere hacer “borrón y cuenta nueva” y no tener en cuenta cuál recibió cada persona de primera y segunda dosis a la hora de aplicar la tercera.

“Lo que sí es clave es llegar a la mayor cantidad de población con dos dosis antes de empezar a aplicar la tercera. Hay que ir barrio por barrio y buscar a los que todavía no se vacunaron”, cierra.

MG

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