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sábado, 20 abril, 2024

Tesla cobrará distintas tarifas de seguros según la forma en que una persona conduzca

Las propiedades mecánicas de un vehículo -como la potencia de los caballos de fuerza o su tracción- pasaron a un segundo plano. En la actualidad, la información más valiosa es el tipo de sensores que interviene en cada operación y la resolución de la pantalla de conducción. Lo que muchos no saben es que, con todos estos adelantos, el auto se convierte en el espía menos pensado.

Desde que el teléfono, a través del bluetooth, tiene la posibilidad de emparejarse con el tablero digital, estos rodados tiene a su disposición una fuente de información que va desde el historial de búsqueda, los detalles de inicio de sesión de cada aplicación e incluso los hábitos musicales.

Como son capaces de tomar pequeñas decisiones de manejo, estos vehículos inteligentes generan alrededor de 25 gigabytes de información por hora. Esto incluye desde la velocidad máxima a la que se viaja, con cuanta anticipación se efectúan las maniobras, el estado de fatiga y las veces que suelta el volante para contestar llamadas o mensajes.

Esta compilación representa una verdadera amenaza a la privacidad. Con este reservorio de hábitos, quien disponga esta información será capaz de predecir los próximos movimientos del chofer. Desde la ruta preferida, hasta las posibles equivocaciones.

El equipamente tecnológico supero a los detalles mecánicos. Fotos Bloomberg

En su defensa, los fabricantes -según figura en la letra chica del contrato- se atribuyen la propiedad de los datos que recopila el vehículo. Tampoco suelen indicar qué sensores utilizan y que cual es el objetivo de dicha acumulación.

Un estudio reciente llevado adelante por Confused.com, demostró que, de los 15 principales fabricantes de automóviles, el 50% acumula antecedentes de manejo. Lo que más datos obtienen de sus clientes son Audi y Tesla.

Como estos vehículos emplean tecnología infrarroja para leer los movimientos oculares de los conductores y detectar si bajaron la mirada durante varios segundos, en caso de un accidente, son capaces de determinar si se trato de una falla humana o un error del sistema.

La alarma se dispara cuando la compañía –ya sea para aseguradoras o fabricantes de autopartes- decide poner un precio a toda esa información acumulada sobre hábitos de conducción.

Para evitar el espionaje, los expertos recomiendan eliminar –como en la computadora- los datos personales del almacenamiento del automóvil, negar los permisos de aplicaciones que no lo necesitan y mantener la información personal bajo llave.

Los vehículos inteligentes recopilan cada vez mayor cantidad de información.

El caso TeslaLa firma capitaneada por Elon Musk elabora los modelos más sofisticados del mercado. El problema es que Tesla no solo recopila datos en tiempo real sobre la ubicación y la configuración personal del automóvil, sino que también conoce la velocidad, el kilometraje y cada cuanto se recarga la batería.

Además, cuándo se activa el piloto automático, saben si el conductor tiene las manos al volante o se desentiende de la ruta. Incluso, las cámaras Tesla continúan funcionando cuando el piloto automático está desactivado.

Las principales críticas a este monitoreo constante es que no tiene fines preventivos ya que su propósito es analizar el comportamiento de los conductores. En ningún momento se propone alertar sobre posibles riesgos.

El resultado de estos sondeos es un seguro hecho a la medida de cada persona. Así, a través de múltiples sensores Tesla evalúa el comportamiento del conductor y ajusta el precio de la póliza según los resultados.

Los vehículos de Tesla tendrán un seguro a la medida de cada conductor. Foto Bloomberg

Para establecer el costo mensual se basa en cinco puntos: advertencias de colisión frontal por cada 1.609 kilómetros, frenado fuerte, giro agresivo, distancia de seguimiento insegura, desacoplamiento forzado del piloto automático.

Hasta hoy, el costo de las pólizas se determina en cuestión del modelo del automóvil, la edad de su dueño y la zona geográfica en la que reside. Estos parámetros hacen que la tarifa se mantenga uniforme, discriminadas y agrupadas en comunidades que comparten los resultados en varios de estos ítems.

En Tesla, todos los participantes inician su cuenta con un puntaje de 90 unidades lo que se traduce en un costo de 121 dólares iniciales. En el segundo mes empiezan a variar las tarifas, según los registros de los sensores sobre la forma cómo condujo la persona.

Para demostrar que el sistema no implica una desventaja, asegura que una persona con un promedio relativamente bueno podría ahorrar entre un 20% y un 40% en su seguro. Mientras que los usuarios con los puntajes más altos podrían obtener un ahorro de hasta un 60 %.

SL

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