Hay un hospital, hay doctores, hay pacientes, hay diagnósticos, corridas, esperanza, curaciones, hay vínculos hospitalarios, enfermeros, residentes, nada que no se haya visto en las ficciones televisivas. Y, sin embargo, Doc no es una serie médica más. Puede tener algo de Grey’s Anatomy o de Chicago Med, si se busca, pero su relato va por lado y se recorta del pelotón con una buena receta.
Estrenada en Italia, su país de origen, en marzo del 2020, en días de plena pandemia de coronavirus, llega este lunes 18, a las 22, a la pantalla de Sony, demostrando que el cable también pude hacerle frente al streaming con buenos materiales (también está disponible en Amazon Prime Video).
Más allá de su solvente puñado de virtudes que iremos desgranando más abajo, los dos pilares que mueven a Doc del escenario conocido es que la historia está basada en hechos reales y que el personaje principal, además de llevar delantal, también usa bata para desdoblarse en su flamante rol de paciente.
El abanico de personajes secundarios le aporta interesantes matices al cuento.
Inspirado en el caso del doctor Pierdante Piccioni, cuya historia se cuenta en el libro “Doce menos”, la serie de Rai Uno (que fue un fenómeno de audiencia en sus primeras semanas) toma como disparador los “12 años de olvido” que sufrió el Doctor Amnesia, como lo apodó la prensa italiana tras recuperarse del accidente que lo había llevado al coma.
En la ficción de 16 episodios divididos en dos partes, a Andrea Fanti también se le detuvieron los recuerdos 12 años antes, pero de un disparo en la cabeza que lo llevó al quirófano con pronóstico reservado. Al despertar, ya nada es lo que era. Celebra estar vivo, pero no entiende por qué todos han cambiado tanto: siente que vive otra vida.
Pregunta por su esposa y sus hijos, sin sospechar siquiera que uno de los ellos había muerto y que estaba separado.
Antes de eso, el doctor Fanti, uno de los mejores de Medicina Interna, se movía empujado por su soberbia y la confianza en sus métodos, mezcla de profundo conocimiento y una buena dosis de percepción. No era el más querido por sus colegas. Ahora, el que está tumbado en la cama, con la cabeza vendada, es el mismo Fanti, pero más empático, más amable, menos soberbio. Conmovido. Y algo desorientado.
El Dr. Fanti entre la doctora Giulia, con quien tenía un romance que olvidó, y su ex esposa, con quien cree seguir casado.
Esos doce años de olvido no le han afectado sus capacidades médicas, que lo llevan a detectar problemas y soluciones con una rapidez única. Cuando le dan el alta y lo mandan a casa a intentar, con calma, reconstruir su pasado, él pide seguir ejerciendo. Y lo mandan al fondo de la fila, con los residentes, los que antes lo soportaban y ahora lo contienen. Y lo aprovechan.
Con el hospital como escenario principal para la mayoría de las escenas, ahí convive Andrea con Agnese Tibere, su ex, que decide los destinos del Centro de Salud, y con su colega Giulia Giordano (Matilde Gioli), con quien mantenía un fogoso romance del que a él, en principio, no le quedaron ni las cenizas. O eso cree.
Los vínculos en todas sus formas son parte del rico cuento que cuenta Doc, en esta suerte de volver a empezar tras un paréntesis de 12 años que le viene a más de uno menos a él.
Y el punto más fuerte radica en la notable composición de Luca Argentero, un actor nacido en Turín hace 43 años, que fue modelo y compartió cartel con Julia Roberts en la película Comer, rezar, amar, y que no cae en ninguno de los clichés de los galanes que entran en la era de la madurez.
Argentero estudió la vida real de Piccioni, y sólo se dedicó a componer el olvido y a recordar cómo se afilan las herramientas que muestran más el alma de un personaje que, simplemente, su cara bonita.
Ficha
Calificación: Muy buena
Drama médico Protagonistas: Luca Argentero, Matilde Gioli y Sara Lazzaro Creación: Viola Rispoli Emisión: Lunes a las 22, por Sony.
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