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viernes, 19 abril, 2024

El desembarco de Gabriela Cerruti en el Gobierno volvió a desatar internas y desconfianzas en el Frente de Todos

El desembarco de Gabriela Cerruti como portavoz del Gobierno volvió a reavivar la desconfianza interna en el Frente de Todos y las dificultades que, por esta y otras cuestiones, afrontará la periodista en su objetivo de “jerarquizar la información pública” y combatir las noticias falsas, dos misiones que, según precisó, le planteó Alberto Fernández al ofrecerle el cargo.

Para entender el desafío que tendrá la ex diputada basta con repasar los acontecimientos que rodearon a su nombramiento en la Casa Rosada. De hecho, esta tensión propició una desopilante Fake News oficial.

Todo comenzó el domingo 3 de octubre, la periodista Nancy Pazos dio cuenta en Infobae de que las tres patas importantes del Frente de Todos -esto es el Presidente, la vice Cristina Kirchner y el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa- habían acordado la incorporación de Cerruti como portavoz oficial.

Sin embargo, como contó Clarín, fue recién días más tarde que el tema avanzó, tras un encuentro de más de dos horas que la escritora tuvo con Fernández en Casa Rosada, donde pulieron detalles de qué rol tendría al frente de la Unidad de Comunicación de Gestión Presidencial, un cargo con rango ministerial.

Lo curioso es que, ante los trascendidos, desde Presidencia salieron a negarlo, con un mensaje que distribuyó el área de comunicación, pero con el agregado de que se trataba de una aclaración pedida por el mismísimo jefe de Estado. Fueron decenas de periodistas los que, casi al mismo tiempo, recibieron la desmentida oficial.

“El Presidente no va a tener vocero ni portavoz presidencial. No lo necesita. Con Gabriela Cerruti se conoce hace más de 20 años, son amigos. Y estuvo reunido con ella hablando temas de comunicación institucional del Gobierno”, fue el mensaje que, al cabo de los hechos, 48 horas más tarde, terminó generando una Fake News, evidenciando una nueva marcha atrás de Fernández ó, en todo caso, el último intento de resistencia del albertismo. 

“Fue un gran mal entendido. Alberto quiso dejar en claro que no iba a tener vocero y eso no cambia. Gabriela va a ser portavoz oficial, que es algo distinto”, relativizan ahora en Casa Rosada. La explicación cambia según el interlocutor pero hay voces que sostienen que la fallida desmentida a los medios de comunicación que habían confirmado la incorporación de Cerruti tuvo como objetivo bloquearla. 

Con todo, la tensión latente que se advirtió durante esas horas desnudó que no sólo obedeció a una confusión en el uso de las palabras. “Entregamos lo poco que nos quedaba”, masculla un funcionario de irreprochable lealtad al Presidente. 

Es que si bien no hay un rechazo en bloque del denominado grupo de funcionarios albertistas, hay dirigentes que viven con preocupación la llegada de una dirigente que no oculta su incondicionalidad por Cristina.

El planteo tiene cierta coherencia en un espacio que no hace culto de ello: parte de un sector que alentó al mandatario a romper con Cristina tras las renuncias “a disposición” de sus funcionarios y las duras críticas que la vice lanzó post PASO. Consideran que es otra intervención directa de la vice sobre un área sobre la que ya había avanzado, cuando acusó al ahora ex secretario de Prensa, Juan Pablo Biondi, uno de los incondicionales de Fernández, de montar “operaciones” en su contra.

Pero el rol de Cerruti abre interrogantes no sólo al universo albertista: en las filas peronistas que apuestan a la moderación del discurso oficial. También impacta sobre otro recién llegado a Balcarce 50, el jefe de Gabinete, Juan Manzur, quien había comenzado a asumir parte del aparato de comunicación del Gobierno, poniéndose al frente de los anuncios. 

Advertida de todo este contexto, en su primera aparición pública, Cerruti buscó apagar los focos internos. “Lo que transmito es la información oficial, la postura política del Gobierno y de la Presidencia en su conjunto, ejercida por el Presidente pero que está representando a una coalición”, sostuvo.

Igual, hasta el 14 de noviembre, todo indica que las internas quedaran al margen. Desde que fue oficializada, Cerruti recibió mensajes de aliento de todos los sectores del universo frentetodista. Incluso, según pudo saber Clarín, le escribió uno de los que pujó para frenar su designación.

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