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jueves, 19 septiembre, 2024

VPH: se procesan alrededor de 900 muestras al mes

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Desde el servicio de Anatomía Patológica señalan que la positividad ronda el 20%. En promedio 1 de cada 10 mujeres que lo tiene puede desarrollar formas graves. De todas formas remarcan que no todas son de cepas agresivas o lesivas

lunes 16 de septiembre de 2024 | 5:30hs.

En el Servicio de Anatomía Patológica del Hospital Madariaga de Posadas, se procesan hasta 900 muestras mensuales provenientes de test de VPH, destacando la importancia de la detección temprana en la prevención del cáncer cervicouterino y otras patologías asociadas. Con un 20% de positividad en las pruebas, el seguimiento adecuado se presenta como fundamental en la lucha contra este virus prevalente.

Los profesionales remarcan que aunque el 90% de las infecciones por VPH son eliminadas por el sistema inmunológico sin causar problemas, un 10% puede desarrollar lesiones persistentes. En Misiones, se registran anualmente aproximadamente 100 nuevos casos de cáncer de cuello uterino, según información del Instituto Misionero del Cáncer.

El VPH, una familia de virus comúnmente transmitida por contacto sexual, es conocido por su potencial para evolucionar a cáncer en casos persistentes. En particular, los tipos de VPH de alto riesgo están vinculados al desarrollo de lesiones precoces en el cuello del útero, así como en áreas genitales y orofaríngeas. Aunque el virus puede no presentar síntomas visibles -en mujeres-, su presencia es ampliamente común y su detección es esencial para el manejo adecuado.

En el hospital de Posadas, los análisis se centran en trece cepas del VPH identificadas como de alto riesgo para el cáncer cervical. De las muestras procesadas, aproximadamente un 20% resultan positivas para estas cepas. Según José Méndez, bioquímico del Servicio, «Estamos hablando de que dos de diez pacientes arrojan un resultado positivo. Sin embargo, la mayoría de estas no presentan lesiones avanzadas, lo que nos coloca en una posición favorable para un seguimiento y tratamiento oportuno».

El proceso de detección incluye un test específico que se realiza junto con el papanicolau (PAP). Las mujeres, especialmente a partir de los 30 años, son invitadas a realizar estos estudios durante sus chequeos anuales. El procedimiento implica la toma de una muestra del cuello del útero con un cepillo especial, que se envía al laboratorio para su análisis. Este enfoque permite identificar la presencia de cepas peligrosas del VPH y, en caso de resultado positivo, iniciar un seguimiento más riguroso.

Méndez explica que, en caso de detección positiva, «es crucial realizar un seguimiento continuo para determinar si el VPH ha causado alguna lesión. Si no es así, estamos a tiempo de intervenir y monitorizar la situación mediante PAP cada seis meses». Esta vigilancia estrecha es fundamental para evitar el desarrollo de lesiones graves o cáncer.

Instan a las mujeres a no descuidar sus controles ginecológicos. “Contamos con personal capacitado y tecnología de vanguardia para ofrecer una detección precisa y oportuna. Es vital que las mujeres se acerquen al sistema de salud para realizarse las pruebas y prevenir el cáncer cervical”, concluye.

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