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sábado, 18 mayo, 2024

Cambio de planes: las banderas que entregó Javier Milei para llevar la inflación a un dígito

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Ya hay consenso entre los economistas en que la inflación de abril será de un dígito. La duda es si empezará con 7, con 8 o con 9. El resultado sorprende porque hasta hace unos meses se esperaba que recién en junio hubiera un índice de precios de esa magnitud.

Detrás de ese logro que el gobierno de Javier Milei exhibirá el 14 de mayo, cuando el INDEC difunda el Indice de Precios al Consumidor (IPC) del mes pasado, hay un puñado de concesiones a las que el gobierno tuvo que acceder.

Después de levantar durante meses las banderas de la libertad de precios, con la consigna de que el intervencionismo estatal solo creaba conflictos mientras el mercado siempre encontraba la solución, el Gobierno volvió sobre sus pasos. Y aceptó intervenir en al menos cinco temas clave que de haberse mantenido como venían meterían más presión sobre los precios.

Prepagas

Se trata del caso más emblemático. A través del DNU el Gobierno desreguló totalmente la facturación del sector y entre diciembre y marzo las empresas hicieron trepar las facturas a los usuarios hasta 200%.

Después de meses de reclamos y quejas de los usuarios -según estimaciones del mercado, el 10% de los asociados se dieron de baja por no poder seguir pagando los planes- el Gobierno decidió intervenir. Y resolvió que las cuotas no pueden aumentar más que la inflación. Tras varios cruces, el ministro Luis Caputo dispuso que la cuota de abril tendrá un ajuste máximo del 93,3% sobre el precio de noviembre, mientras que en la de mayo no podrá ser mayor al 116%.

Acuerdos de precios

Aquí también intervino directamente Caputo, quien a través de las redes sociales criticó a los supermercados que ofrecen promociones del tipo 2 x 1 y los instó a bajar los precios.

A partir de esta presión -y del derrumbe de las ventas que solo en la categoría de consumo masivo se hundió 5% en el primer trimestre– tanto las grandes cadenas como primeras marcas salieron con acuerdos de precios.

Carrefour, Disco, Jumbo, VEA, Quilmes, Coca -Cola son algunas de las empresas que se comprometieron a mantener una canasta de productos sin cambios.

Tarifas

El Gobierno decidió postergar los aumentos de tarifas de luz y gas que estaban programados para mayo y que tendrían una incidencia cercana al 5% en las facturas de los usuarios. Esto no anula los incrementos que ya se aplicaron y que están llegando en estos días a los domicilios, con facturas hasta cuatro veces más caras.

Caputo justificó este cambio con el argumento de que «están cómodos en lo fiscal» y por ese motivo «priorizamos bajar la inflación y no cargar más con gastos de momento a la clase media».

Impuesto a los combustibles

La semana pasada el gobierno anunció que postergaría el alza del impuesto a los combustibles que debería haber entrado en vigencia en mayo y que llevaría el aumento de las naftas y el gasoil por encima del 4% que finalmente subieron para no perder ritmo frente al dólar.

Según el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) el impuesto pasaría de $ 132 por litro a $ 202, es decir, un salto del 53%. Eso fue trasladado a junio por ahora.

Salarios

Tras asegurar en el arranque de la gestión que los salarios deberían fijarse libremente, el Gobierno pasó a negarse a homologar aquellos convenios con ajustes superiores a la inflación con el argumento de que podrían presionar sobre los precios. Después de varias pulseadas con los gremios y pese a que en público mantienen el enfrentamiento, las concesiones que el oficialismo hizo en la Ley Bases, al dejar por ejemplo fuera del paquete la eliminación de la cuota sindical que obligadamente pagan todos los trabajadores, hicieron que los gremios empezaron a acoplarse a los pedidos del Gobierno.

Así, la Asociación Bancaria acordó para abril un aumento equivalente a la inflación. En principio la suba será del 7%, con el compromiso de ajustarla si el IPC está por encima de ese número. De este modo los gremios empiezan a enterrar sus pretensiones originales de recuperar este año parte de lo perdido en 2023.

¿Alcanza con esto?

Con estas medidas, más el dólar oficial moviéndose a un ritmo del 2% mensual y la recesión pisando el consumo, todo indica que habrá inflación de un dígito, y bajando, en abril, mayo y junio.

Para la consultora LCG «el verdadero test para ver si entramos en un nuevo régimen de inflación más baja deberá hacerse con la actividad económica repuntando y los salarios recortando algo de la caída de los últimos tiempos. Recién ahí podremos ver si las expectativas inflacionarias están realmente ancladas».

«Es muy posible que, para lograr ese anclaje, el Gobierno deba recurrir a otros tipos de estrategias de orientación de expectativas, con metas sobre alguna variable nominal, al tiempo de consolidar la trayectoria fiscal mostrada en el primer trimestre. Por lo pronto, seguimos considerando que la trayectoria desinflacionaria será más lenta y errática de lo que habitualmente se piensa».

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