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En septiembre, la actividad económica retrocedió 0,7% con respecto a igual mes del año pasado y se mantuvo sin cambios con relación a agosto, según informó esta tarde el INDEC.
Después de que en agosto se cortara una racha de cuatro meses consecutivos con descensos en la actividad económica, el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) volvió a bajar.
Entre enero y septiembre la actividad acumula una caída del 1,5% en comparación con el mismo periodo del año anterior.
En septiembre, once de los quince sectores que conforman el EMAE tuvieron incrementos en términos interanuales.
Lo más destacable fue la actividad de Explotación de minas y canteras, que registró un incremento de 6,1%. A la vez, Pesca, a pesar de no tener un peso significativo en el índice, registró la mayor variación positiva, con un aumento de 8,9% interanual.
En cambio, la industria tuvo su quinta caída mensual consecutiva, con un retroceso de 3,6%.
«El resultado del mes se da en un contexto económico deteriorado, agravado por la incertidumbre electoral que regía en ese entonces«, marca la consultora ACM.
«A pesar de que algunos sectores reafirmaron sus tendencias de recuperación, la industria manufacturera, uno de los principales sectores, lleva cinco meses de desaceleración mientras que el agro aún continúa sufriendo los efectos de la sequía«, detalla la consultora.
«Hacia el cierre del año, prevemos que la economía seguirá contrayéndose, especialmente debido a la incertidumbre política tanto como económica: La aceleración inflacionaria, la falta de divisas y la brecha cambiaria probablemente tengan un impacto negativo sobre varios sectores de la economía», destaca ACM.
Hasta hace cuatro meses, las consultoras privadas estimaban que el año cerraría con una caída en torno al 3% en la actividad económica. Pero esos números se fueron achicando con el paso de los meses, porque ante el salto inflacionario se dio un repunte del consumo, como medida precautoria ante la escalada de los precios.
«El adelantamiento del consumo como mecanismo de cobertura ante saltos en los precios y/o tipo de cambio ha funcionado como amortiguador de la actividad. No obstante, no esperamos que este condimento permanezca de cara a lo que resta del año. Más bien entendemos que un estado de cautela podría primar entre los agentes demorando decisiones de consumo e inversión», apunta la consultora LCG
Hacia adelante, prevén que «desde el lado de la oferta, la disponibilidad de divisas para importaciones continuará condicionando la actividad de la industria y el comercio«.
Con estas perspectivas, la expectativa es que «en el último trimestre del año la actividad vuelva a resentirse, redundando en una caída en torno al 1,3% anual promedio para 2023″.