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martes, 19 marzo, 2024

Dry Cleaning: el arte de recitar y dar de nuevo

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Aclamada como de las más originales y renovadoras del último lustro, la banda inglesa liderada por la inusual Florence Shaw tuvo un gran debut porteño.

Mientras en distintos puntos de la Argentina alguien realizaba una cola virtual para conseguir alguna entrada con service charge que le pueda dar acceso a un estadio donde dentro de unos meses se presente su artista favorito, Dry Cleaning daba por cerrado su debut porteño.

Los datos cruzados, a cuento de que el cuarteto inglés cerró su hora y media de show con un formato clásico (voz, guitarra, bajo, batería + algún teclado, viento o pandereta ocasional) sin emitir estribillo alguno, a escasos metros de la audiencia, sin pantallas, sin coreografías ni pulseritas.

El tipo de espectáculo que además de salir a la superficie por la propuesta estética manifiesta, ayuda a visualizar, por default, todo lo que también suena y resuena a la hora de asistir a un concierto.

Dry Cleaning en vivo en Niceto Club,. Foto gentileza Pablo Astudillo.

Dry Cleaning en vivo en Niceto Club,. Foto gentileza Pablo Astudillo.

Un talento implosivo

Florence Shaw, la cantante de nombre literario, es un talento implosivo. No se mueve de su medio metro cuadrado, y ejerce como una poeta decimonómica. Cabello entre castaño y colorado, lacio y peinado a dos aguas, vestido rojo, vive los temas como si fuera una actriz de Teatro Abierto representando a Beckett.

A lo sumo, alcanza a tocarse un codo con la mano. A lo sumo, estira la lengua dentro de su boca hasta hacer su mejilla convexa. A lo Sumo, la banda acompaña tocando post-punk como si fuera el género un lenguaje universal que trasciende a su época.

La fascinante cantante de Dry Cleaning, Florence Shaw, en Niceto Club,. Foto gentileza Pablo Astudillo.

La fascinante cantante de Dry Cleaning, Florence Shaw, en Niceto Club,. Foto gentileza Pablo Astudillo.
Más de la mujer: no canta, musita. Relata. No es el recurso de un tema puntual; en todo el show la Shaw parece estar poseída por el espíritu de una locutora de la BBC que tiene a cargo un programa sobre vida social y silvestre. Habla, es eso, sobre situaciones íntimas, cotidianas, pensamientos.

¿Antecedentes? El recitado de John Cale (escrito por Lou Reed) para el edificante The Gift de The Velvet Underground o la desidia trascendental de Grace Jones atendiendo la delicia monocorde de Flash & the Pan en Walking in the rain.

Y así, ella desliza uno de esos monólogos interiores, como el de Anna Calls from Arctic, el último tema del recital: “Nada funciona, todo es opaco, caro y privatizado/ Pero gracias a Dios ya me llegó la caja para ordenar mis zapatos”.

Una banda impecable

Lo suyo es una acotación en horario central, un pie de página que se hace relevante en medio de la elasticidad de una banda impecable, dúctil, atenta y pasional. Por momentos, el bajista Lewis Maynard acciona como si estuviera al frente de una banda de death metal, y su look ayuda.

El guitarrista Tom Dowse y la cantante Florence Shaw, de Dry Cleaning, en Niceto Club,. Foto gentileza Pablo Astudillo.

El guitarrista Tom Dowse y la cantante Florence Shaw, de Dry Cleaning, en Niceto Club,. Foto gentileza Pablo Astudillo.
El guitarrista Tom Dowse, en contraste, va en bermudas y, en otro contraste, niega que se trata de una banda de neo post-punk por la amplitud, el grosor y la variabilidad que le da a su instrumento. El baterista, Nick Buxton, no acompaña: es central.

Florence Shaw y el baterista Nick Buxton, de Dry Cleaning,. Foto gentileza Pablo Astudillo.

Florence Shaw y el baterista Nick Buxton, de Dry Cleaning,. Foto gentileza Pablo Astudillo.
El show, si fuera un partido de fútbol, se juega a su ritmo. No hay desbordes, ni picos ni arengas, la intensidad se divide en climas, pero cuando los músicos ven que el público local es capaz de asumir algo parecido a un riff y regurgitarlo como coro, en el escenario se divierten y potencian.

Sucede un par de veces, una de ellas en Magic of Meghan, unas acotaciones sobre Meghan Markle (la duquesa de Sussex) surcadas por la nerviosa electricidad de la banda: “Te comprometiste el día que me mudé. Está bien, ella es un bombón, perfectamente adecuada para el papel. Mensajes del público: ‘Gracias por todo lo que están haciendo, los amamos. Sos justo lo que Inglaterra necesita, nos vas a cambiar’”.

Y recuerden: un festival también puede ser así, de una sola banda, un martes a la noche, distinguiendo a golpe de vista hasta la marca de la cerveza que toma la cantante, para todos los sentidos. Ergo: el derecho a ser público sin ser rehén.

MFB

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