Sam Altman habló sobre los riesgos asociados a la revolución que se está generando en materia de IA.
El director general de OpenAI confesó su mayor temor en torno al furor que hay sobre su popular inteligencia artificial. Sam Altman, propietario de la empresa que desarrolló ChatGPT, aseguró que está “un poco asustado” por el uso que las personas puedan darle a su herramienta y cómo podría afectar en el mundo del trabajo, las elecciones y la difusión de desinformación.
Mientras subraya que puede ser la mayor tecnología que se haya desarrollado hasta el momento, Sam Altman advirtió recientemente en una entrevista con la cadena de noticias estadounidense ABC sobre los peligros de su creación. “Tenemos que tener cuidado aquí”, dijo después de la presentación de la última versión de su modelo de lenguaje, llamado GPT-4.
La compañía explicó que esta última versión “exhibe un desempleo a nivel humano en varios puntos de referencia académicos y profesionales,” y es capaz de aprobar un examen simulado de Estados Unidos con una puntuación que le sitúa entre el 10% de los humanos que mejor nota han sacado.
Asimismo, la herramienta logró destacarse especialmente en la prueba de lectura y en la de matemáticas.
La revolución de la inteligencia artificial: los peligros de ChatGPT (Foto: Reuters) OpenAI desarrolló el bot ChatGPT , que crea respuestas similares a las humanas a las preguntas y encendió una nueva moda en torno a la inteligencia artificial.
Esta evolución de la IA desarrollada por Altman lo llevó a mostrarse cauto ante su potencialidad. En la entrevista, el referente de OpenAI se mostró particularmente preocupado de que estos modelos puedan usarse para la desinformación a gran escala. Ahora que están mejorando en la escritura de códigos informáticos, podría usarse para ataques cibernéticos ofensivos”.
“Creo que la gente debería estar feliz de que estemos un poco asustados por esto”, sintetizó.
Pero su entusiasmo por el potencial transformador de la tecnología de IA, según Altman, eventualmente refleja “el poder colectivo, la creatividad y la voluntad de la humanidad”.
Por otro lado, su capacidad enciende sus preocupaciones sobre los “regímenes autoritarios” que desarrollan o están potencialmente preparadas para competir con ChatGPT, como la empresa china Baidu, que realizó recientemente un evento de lanzamiento para su competidor ChatGPT, una IA de chat llamada Ernie bot.
Altman, de 38 años, es el máximo dirigente de OpenAI, la compañía que más está impulsando las aplicaciones basadas en la inteligencia artificial, desde Dall-E, especializada en imágenes, hasta ChatGPT.
La compañía se define a sí misma como “una empresa de investigación e implementación de IA” con el objetivo de “asegurar que la IA general beneficie a toda la humanidad”.
La influencia de ChatGPT y herramientas de inteligencia artificial como esta aún no trajeron consecuencias en el proceso electoral estadounidense, ya que ChatGPT tuvo su lanzamiento dos años después que Joe Biden llegara a la Casa Blanca. No osbtante, Altman cree que las elecciones de 2024 serán un foco para la empresa.
“Estoy particularmente preocupado de que estos modelos puedan usarse para la desinformación a gran escala”, dijo el CEO a ABC.
“Ahora que están comenzando a escribir código de computadora, [los modelos] podrían usarse para ataques cibernéticos ofensivos”, remarcó.
Sam Altman, creador de ChatGPT, teme que su herramienta cause desinformación en las elecciones estadounidenses de 2024. Foto: AP La destreza de programación de ChatGPT logró convertirse en una suerte de rueda de auxilio para muchos desarrolladores. De hecho, Altman reconoció que funciona como un “copiloto”. OpenAI está trabajando para desbloquear una funcionalidad similar para “todas las profesiones”.
Estas mejoras que serían incluidas de un momento a otro en la inteligencia artificial significaría, según Altman, que muchas personas perderían sus trabajos, pero dijo que representaría una oportunidad para encontrar un mejor tipo de trabajo.
SL