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jueves, 28 marzo, 2024

ChatGPT: el dilema de la inteligencia artificial y un desafío para la Justicia

Por Lucas de Venezia*

Recientes innovaciones en el campo de la informática relativas al desarrollo de nueva y mejorada Inteligencia Artificial (IA), junto con su irrupción e implicancias directas en el ordenamiento jurídico argentino y en sus prácticas, nos invitan a repensar nuevos escenarios que se presentan como territorio inexplorado.

Existe la posibilidad real de analizar la convivencia sostenida -o no- con nuevos sistemas computarizados que incluyen grandiosos y/o cuestionables avances en materia de herramientas de conocimiento digital. Hablamos de tecnología avanzada y su aplicación directa en el derecho.

¿Estamos siendo proactivos para garantizar que el impacto de esta nueva tecnología en el sistema judicial y las academias de estudio, sea justo y equitativo para todos? ¿Cómo ello se compadece con los principios y reglas existentes?

La implementación de la IA en el mundo jurídico debe ser cuidadosamente considerada y planificada, con un enfoque basado en la ética y la transparencia. Es necesario que la IA esté diseñada de manera que además de evitar la discriminación y garantizar la Justicia, cuente con mecanismos de revisión y evaluación continuos para garantizar su uso adecuado.

ChatGPT, una tecnología disruptiva La aparición de ChatGPT lo está cambiando todo. (Foto: Reuters) La reciente aparición de ChatGPT3, desarrollado por el laboratorio de inteligencia artificial OpenAI, lo cambia todo. Se trata de un tipo de IA que permite a los usuarios interactuar directamente con la máquina mediante un chatbot de manera práctica, sencilla, extremadamente ágil y versátil.

Todo mediante un diálogo fluido, receptivo y ameno en donde la computadora va incorporando y captando con cada interacción que recibe, desde preguntas e inquietudes hasta afirmaciones o correcciones que uno le haga. Diseñado principalmente para imitar modelos de conversación humana, ChatGPT resulta sumamente útil como a su vez controversial.

Desmenuzando aun más, estos chatbots son tan poderosos que ostentan la capacidad multitask de poder crear textos periodísticos, jurídicos o académicos, en clave de nota, de paper o de tesis, producir canciones, poemas, poesías, crear fórmulas de laboratorio o resolver tareas escolares.

Su alcance no tiene límites tangibles y naturalmente recién estamos en presencia de un prototipo inicial que se encuentra en constante desarrollo y que sin dudas continuará evolucionando.

Si se le presenta la misma pregunta a ChatGPT por dos usuarios diferentes, es probable que produzca respuestas similares, pero no necesariamente idénticas. A medida que el modelo recibe más información y es entrenado con nuevos datos, su capacidad para generar respuestas únicas y originales aumenta.

Es importante tener en cuenta que ChatGPT no tiene conciencia ni intención, sólo es un modelo matemático que se basa en patrones de lenguaje, por lo que las respuestas generadas no son originales en el sentido humano del término, sino que son combinaciones de frases y palabras previamente vistas en el texto con el que fue entrenado.

Además, no tiene la capacidad de aplicar criterios éticos o morales en sus respuestas, ya que no tiene cánones que le permitan distinguir entre el bien y el mal.

ChatGPT: dilemas morales La compañía que desarrolla ChatGPT recibió una inversión multimillonaria de Microsoft. (Foto: AFP) Este acceso sistematizado e ilimitado a todo tipo de información genera polémicas en diferentes campos de estudio, por ejemplo, en la epistemología ortodoxa representa controversias en orden a que se emplaza directamente como una amenaza hacia la capacidad humana de interactuar de manera pausada, reflexiva y en profundidad, en clave de honestidad intelectual, con un libro o con cualquier tipo de argumentación compleja puesta por escrito.

La aparición de esta inteligencia podría tener un impacto significativo en la metodología de enseñanza. Quizás paulatinamente y a medida que esta tecnología se difunda, progresivamente irán quedando atrás rutinas o vetustas reglas memotecnicas que merodean la forma de enseñar y aprender.

La manera en que solíamos comulgar con estos hábitos de estudio mutará, por contundente que suene; ya no será tan relevante saber hacer algo, sino que esto trocará por comprender dónde encontrar lo que uno necesita y cómo adjudicarle valor computarizado a esa búsqueda.

Necesariamente tocará poner el enfoque en el aprendizaje automático. La IA se basa en esto y las metodologías de enseñanza podrían adaptarse para enseñar a los estudiantes cómo utilizar estas técnicas para analizar datos y tomar decisiones. Esta innovación puede generar decisiones automatizadas, por lo que es importante enseñar a los alumnos cómo analizar y cuestionar el razonamiento detrás de las decisiones de la IA, estimulando el pensamiento crítico.

ChatGPT: inteligencia artificial en el sistema de Justicia ChatGPT no para de crecer. (Foto: Shutterstock) La IA se está utilizando cada vez más para mejorar la eficiencia y la precisión en el sistema de justicia. Esta cuestión es una realidad, desde el análisis automatizado de documentos legales hasta la propia representación computarizada en procesos judiciales. Sin embargo, con esta tecnología viene la responsabilidad de asegurar que no se estén violando los derechos de los más vulnerables y se profundicen los niveles de desigualdad de las partes en el proceso, lo cual constituye un capítulo significativo del Derecho procesal constitucional.

En Argentina se está viendo un aumento en la adopción de tecnologías de IA en el sector jurídico, con especial atención en el uso de chatbots como ChatGPT. Estos programas de lenguaje natural están permitiendo a los abogados automatizar tareas repetitivas, mejorar la eficiencia y proporcionar un servicio al cliente mejorado.

Frente a la pregunta de si podría o no implementarse ChatGPT en la justicia argentina, el propio chatbot respondió:

La implementación de ChatGPT en la justicia argentina podría tener varios usos dependiendo del objetivo específico, algunos ejemplos podrían incluir:

Análisis de documentos legales: ChatGPT podría ser utilizado para analizar grandes cantidades de documentos legales, como sentencias y leyes, para ayudar a los jueces a tomar decisiones. Generación de documentos legales: ChatGPT podría ser utilizado para generar documentos legales automatizados, como sentencias y órdenes, de manera rápida y precisa. Predicción de resultados: ChatGPT podría ser utilizado para predecir los resultados posibles de un caso, basándose en patrones y relaciones identificadas en los datos. En líneas generales, la IA puede procesar grandes cantidades de datos y documentos de manera rápida y precisa, lo que puede ayudar a agilizar el proceso de toma de decisiones judiciales, identificar patrones y relaciones que podrían pasar desapercibidos para los humanos y sin dudas reducir costos automatizando tareas y procesos, sin embargo en la balanza también debemos ponderar sus riesgos.

Principalmente visibles en términos de eventuales situaciones de discriminación, dando lugar a que se repliquen desigualdades o parcialidades existentes en los datos utilizados para su entrenamiento, de donde es que el chatbot obtiene sus fuentes, un tema crucial que puede llevar a tomar decisiones erróneas.

La cuestión que versa sobre la “transparencia” es otra arista para considerar ya que puede ser difícil entender cómo la IA llega a sus decisiones, lo que puede dificultar la revisión y evaluación de estas, amén de sus consideraciones éticas como ya se expresara de manera inicial.

Deviene imprescindible remarcar que, si bien estamos en presencia de tecnología avanzada, esta aún se encuentra en vías de desarrollo, ergo resulta acertado aclarar que en torno a las preguntas jurídicas que se la ha realizado a esta IA -en ocasiones- ha arrojado respuestas erróneas o imprecisas, las cuales llegado el caso, podrían inducir a los abogados y/o magistrados a tomar decisiones incorrectas. De allí que se impone prudencia a la hora de evaluar estos nuevos instrumentos de IA: la supervisión del hombre continua siendo un contraseguro imprescindible.

Recién alcanzamos a calibrar algunos de los cambios que podrán sobrevenir con el chatbot GPT. La respuesta inicial que se ha visto en centros de estudios de los Estados Unidos (Nueva York, Seattle) ha sido prohibirlos de las redes wifi de esos lugares, lo cual es ingenuo y poco efectivo dado que se puede acceder usando datos móviles.

Una conclusión tentativa lleva a un estudio caso por caso, en un contexto en donde haya interacción entre usuario y máquina, honestidad en lo que cada uno aporta y transparencia de roles. La docencia se verá interpelada con tendencias al aumento de la presencia aúlica y a la argumentación específica y diferenciada. El bot tiende a la respuesta automatizada y lineal; el pensamiento humano deberá ser sofisticado y multifacético para subsistir como tal los embates de la hora actual.

*Lucas de Venezia es abogado (UCA), Doctorando en Derecho (UNLZ) y docente universitario de grado (UCES) y posgrado.

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