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viernes, 26 abril, 2024

Hace ya varios años que Misiones no tiene bebés positivos para VIH

Hace ya varios años que Misiones no registra trasmisión vertical (madre a hijo) de VIH y ello se debe no sólo el gran avance farmacológico sino también el trabajo del equipo interdisciplinario que trata a las mujeres gestantes y sus parejas que dan positivo para VIH.

Según precisó a PRIMERA EDICIÓN el jefe del Infectología del Hospital Materno Neonatal y responsable del Programa Provincial de VIH, Sida y ETS, el médico Fabián Zelaya, en lo que va del año, se registraron 15 embarazadas positivas para VIH en la provincia, de las cuales 4 ya sabían que lo eran y decidieron ser madres y las 11 restantes fueron diagnosticadas en los controles de rutina del embarazo.

“Tanto desde el hospital Materno Neonatal como desde el Ministerio de Salud Pública acompañamos con consejería, asesoramiento y control durante el embarazo a la gestante y a su cogestante que decidieron tener un hijo. La adherencia al tratamiento es esencial para que el virus no sea detectable”, indicó.

Zelaya recordó que los bebés de mamás positivas “tratadas y controladas” nacen negativos. No obstante, se les hace un seguimiento y control hasta los 18 meses de vida, “para reducir el riesgo a su mínima expresión”.

La importancia de los controles

Consultado acerca de las chances de un bebé de nacer negativo cuando el diagnóstico de su mamá se realiza durante el embarazo, el especialista señaló que “cuanto más temprano se haga el diagnóstico y se inicie el tratamiento, hay menos probabilidades de transmisión vertical. De ahí la importancia de hacer a todas las embarazadas los controles serológicos, no solo de VIH sino también de hepatitis B, hepatitis y sífilis  Y estos controles deben hacerse en el primer trimestre, repetir en el segundo y mejor aún si se vuelve a hacer un examen serológico en el último mes de gestación”.

Según indicó, si la gestante da positivo al final del embarazo “se le hace una profilaxis especial en el momento del parto y también se medica al bebé de una forma particular porque es un bebé expuesto de una mamá de reciente diagnóstico”.

Las nuevas drogas permiten hoy la posibilidad de un parto vaginal en algunas mamás positivas, “esto dependerá de la paciente, si tiene adherencia al tratamiento y el virus es indetectable en sangre puede ir a un parto natural; pero si esa mamá es diagnosticada en el último mes del embarazo se recomienda cesárea”. En ambos casos, no se recomienda la lactancia materna.

Consultorio paternar

El embarazo no es solo cosa de mujeres, por eso el Materno Neonatal habilitó un consultorio paternar para poder controlar la salud de los cogestantes.

“Siempre buscamos al cogestante para hacerle el test y los análisis para ver si está infectado, porque también puede darse que la pareja sea discordante, es decir que solo uno de ellos sea positivo, entonces se hace profilaxis por exposición para que el que es negativo siga siéndolo”, precisó Zelaya.

En este contexto, destacó el acordaje multidisciplinario con cada pareja, donde intervienen el ginecólogo, el obstetra, el trabajador social, infectología y los pares, “porque contamos con personas positivas que trabajan en consejería en el marco del Programa Provincial de VIH, este servicio que brindan es muy importante porque ellos pasaron por la misma situación y experimentaron emociones similares: miedo, angustia, enojo…”.

“En lo que menos avanzamos es en la mirada del otro”

Según indicó el especialista, una de las primeras cosas que deben hacer entender al paciente al momento de darle su diagnóstico positivo es que “hablar hoy de VIH no es lo mismo que era hace 20 años. El avance del tratamiento del VIH permite hoy al positivo desarrollar una vida normal… en lo único que no avanzamos lo suficiente es en la mirada del otro, de la sociedad”.

Zelaya recordó que los primeros afectados con el virus fueron los homosexuales y trabajadores sexuales y desde entonces las personas positivas fueron estigmatizadas. “Paradójicamente, en la actualidad los más vulnerables de contagio son los heterosexuales porque son los que tienen más relaciones sexuales sin protección”, destacó.

El acompañamiento de los niños positivos Un bebé nacido de una mamá positiva para VIH puede dar positivo hasta un año después, por eso se los controla mensualmente hasta cumplir el año y medio de vida.

“Recién entonces, si dan negativo, damos por concluido el control del bebé expuesto. Y por supuesto, si dan positivo se inicia el tratamiento… generalmente entre el segundo y tercer análisis ya se ven señales de que el niño expuesto será positivo o negativo. En todos los casos, a los bebés de madres positivas se les da la profilaxis correspondiente (jarabes) durante un tiempo determinado para disminuir el riesgo”, precisó el infectólogo Fabián Zelaya.

Lógicamente, estos pequeños pasan por los controles y vacunas correspondientes de cualquier niño sano. Hasta el momento, todos los bebés nacidos en 2021 de mamás positivas resultaron negativos tras estos 18 meses de control.

“Hace varios años que no tenemos transmisión vertical en la provincia, sí tenemos niños positivos que están bajo tratamiento y hoy tienen ocho o más años. También adolescentes, que hoy estamos pasando de la atención pediátrica a la adulta. A estos chicos hay que explicarles porqué tienen que tomar la pastilla y seguir con el tratamiento durante toda su vida para no tener riesgo y tampoco arriesgue a otros, generalmente esto es un trabajo conjunto entre el médico y el psicólogo”.

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