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miércoles, 24 abril, 2024

Hernán Casanova, el tenista argentino que nunca se rindió y a los 28 años debutó en un torneo del circuito mayor de la ATP

El ATP 250 de Kitzbuhel, que se disputa sobre polvo de ladrillo en Austria y reparte 597.900 euros en premios, tiene una conexión muy especial con el tenis argentino. Basta con mirar la historia de este tradicional torneo del circuito masculino para entender de que se trata.

Su máximo ganador es Guillermo Vilas (campeón en 1977, 1980, 1982 y 1983) y aparecen en el palmarés cinco títulos en seis años gracias a las consagraciones de Guillermo Coria (2003), Gastón Gaudio (2005), Agustín Calleri (2006), Juan Mónaco (2007) y Juan Martín Del Potro (2008). Además, Horacio De La Peña se alzó con el trofeo en 1990 y también hay finales perdidas por Vilas, Jaite, Mancini, Gaudio y Chela.

En esta edición 2022 el gran protagonista es Hernán Casanova, 321° del mundo, quien a sus 28 años hizo su debut en el cuadro principal de un evento de la categoría top del circuito. Lo logró luego de superar en la última ronda de la Qualy al brasileño Rogerio Dutra Silva (215°). Llevaba más de una década luchando por esta oportunidad.

Casanova y Del Potro en un entrenamiento el 31 de enero de 2022. Foto: Instagram @hernicasanova6.

Sin embargo, el sueño del jugador porteño llegó rápido a su final tras caer derrotado ante la promesa local Juri Rodionov por 6-4 y 6-2 en una hora y 21 minutos de acción. Aun así, cumplió un sueño que se le venía negando hace mucho tiempo y aspira a poder decir presente en estas instancias con mayor frecuencia.

Campeón de trece torneos Futures, cinco M15 y un M25, ingresó como alterno a la clasificación. “Estaba jugando interclubes en Alemania a dos horas de Kitzbuhel, vio que entró y se fue para Austria”, detalló el periodista Marcos Zugasti a través de su cuenta de Twitter.

Además, posteó unas imágenes de la “habitación” en donde Casanova dormía en Alemania, en los vestuarios de un club, en contraste con el hotel en donde se hospedaría días más tarde para jugar el primer torneo ATP de su carrera a los 28 años. Un gran ejemplo de perseverancia.

Los interclubes, una forma de vida​

Esta imagen retrata lo que tienen que atravesar muchos jugadores antes de saltar a la escena grande. Si no reciben una invitación, la única forma de dar el salto es recorrer el mundo disputando Challengers y Futures. Y hasta Interclubes, certámenes quizá poco conocidos para el público argentino, pero que para muchos jugadores como Casanova son la mejor manera de sostener sus carreras profesionales en el tenis, un deporte del que pocos privilegiados pueden vivir. 

Esos torneos son, como el mismo nombre lo explica, competencias entre clubes de Europa que otorgan buenos premios en dinero. Alemania y Suiza tienen los circuitos más fuertes, con mejores “recompensas” para los tenistas, pero también se disputan en España, Italia, Francia y Austria, entre otros. 

Algunos jugadores, sin la suerte de hacer una carrera en los máximos niveles, se dedican exclusivamente a disputar este tipo de eventos (los clubes aprovechan sus ingresos por cuotas de socios, alquileres de cancha, algunos sponsors, etc). Pero otros, como Casanova, los aprovechan para generar recursos económicos que luego destinan a pagar los viajes, hospedajes y demás gastos para jugar certámenes oficiales.

Aunque no es raro ver también a jugadores “top”, que suelen competir habitualmente en los torneos de la ATP, la WTA o la ITF (ex Futures, hoy ITF World Tour), disputando algún cuadro de Interclubes. A veces para ganar algo de plata extra. Otra para llenar algún hueco en su calendario y mantenerse en competencia.

El austríaco Dominic Thiem, por ejemplo. defendió en 2018, cuando ya era top 10, la camiseta del TK Mannheim, campeón en Alemania. Y hasta ir recuperando ritmo tras alguna larga ausencia, como hizo Nadia Podoroska en julio, tras estar alejada de la canchas diez meses por varias molestias.

Casanova supo aprovechar la oportunidad de jugar esos certámenes para seguir luchándola. Y obtuvo la recompensa a tanto esfuerzo. “¿¿Tarde?? Nunca”, posteó con toda la alegría del momento.

Un obrero del tenisLo apodan “Spiderman” por su velocidad y flexibilidad para deslizarse en el polvo de ladrillo, lo que favorece su gran defensa, una de sus principales virtudes. De todos modos, él asegura haber mejorado su saque y su juego ofensivo, con lo cual se ilusiona con seguir creciendo e ingresar al Top 100.

Alcanzó el puesto 255 del ranking, su mejor ubicación histórica, en mayo de 2018 luego de su participación en el Challenger de Heilbronn, en Alemania. Continuó su crecimiento y en 2020 le ganó en la clasificación del Argentina Open a Alejandro Davidovich Fokina, 89 del mundo en aquel entonces, en la que fue la victoria más resonante de su carrera.

Venía en franco ascenso, pero la pandemia lo cortó en seco. “Yo tengo una lesión en el hombro desde hace cuatro años, pero decidí no operarme. Elongando y trabajando con el fisio lo tengo controlado, pero durante la pandemia no tenía los elementos en mi casa para tratar ese problema y me empezó a doler mucho”, relató Casanova en una entrevista que difundió el sitio web Settenis.

Luego, viajó a Italia y recuperó la normalidad de los entrenamientos, pero las molestias no desaparecían: “El dolor era tal que no aguantaba más de tres sets. Jugaba torneos en los que a veces hay dos partidos por día y estaba bien a la mañana, pero después tenía que sacar de abajo o directamente me retiraba”, confesó.

De todos modos, logró dejar atrás esos problemas y volvió a encauzar su carrera. Aún no logra dar el salto definitivo, pero esta última semana obtuvo el triunfo más importante de todos, lo que lo llena de motivación para seguir luchando, como la ha ido haciendo hasta ahora.

Mientras tanto, sabe que podrá tener dos entrenamientos más en Austria, ya que en los ATP 250 los jugadores del cuadro principal tienen cinco noches de hotel aseguradas, empezando desde el fin de semana. 

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