Una vez que recuperó la conciencia, a Eitan Shaked le llevó varios minutos entender lo que estaba pasando: primero pensó que estaba muerto, después que era sólo una pesadilla. “Mierda, me salvé del cáncer y me voy a morir acá como un tonto”, dijo en voz alta cuando finalmente dimensionó que había caído 10 metros al vacío y estaba atrapado en medio de la montaña con los huesos rotos.
El panorama no era alentador. Y aunque él quería mantener la positividad, la realidad lo acechaba tanto como lo hacía su mente. Es que no dejaba de pensar en cómo el viaje de sus sueños -recorría Latinoamérica hace siete meses- estaba por terminar de la peor manera. Y justo en Ushuaia, la ciudad que anhelaba conocer desde chico.
De repente, por tomar el camino equivocado en un trekking, la posibilidad de una muerte temprana volvía a perturbar al israelí que, a sus 15 años, calculó cuánto tiempo podría sobrevivir luego de que los médicos le diagnosticaran un duro linfoma linfoblástico. Era cáncer.
Ahora, a sus 23, se encontraba haciendo la misma cuenta. Otra vez. Pero a contrarreloj: “Si como dos galletitas por día y tomo agua del lago, puedo aguantar 4 o 5 días”, pensaba mientras lidiaba con el frío del glaciar Ojo del Albino, sus heridas en la cara y las múltiples fracturas en el cuerpo.
Eitan Shaked sobrevivió a un cáncer y viajaba por el mundo. Una foto en Colombia, país que visitó antes de llegar Argentina
En inglés, el segundo idioma que habla luego de su hebreo natal, Eitan contó a Clarín: “Me fui de Israel cuando terminé con el servicio militar. Ahí decidí ir a recorrer el mundo, particularmente Sudamérica. De hecho, mi sueño era conocer la Antártida y Ushuaia, de donde había leído un montón de libros. Pero a los pocos días de llegar a Argentina sufrí el accidente que pensé que iba a terminar con todo”.
Fueron 24 horas las que estuvo a la intemperie hasta que alguien lo fue a rescatar. Un día entero en el que su estado de ánimo mutó de la bronca a la desesperación y de la tristeza a la esperanza. Incluso llegó a grabar videos despidiendo a sus seres queridos por si alguna vez encontraban su cuerpo y sus pertenencias.
“Después del shock de caerme, que aún no entiendo cómo no morí en el acto, comprendí que tenía que sobrevivir hasta que alguien me viniera a rescatar. Fue muy difícil porque me rompí la pelvis y el brazo. Además hacía frío: intentaba mantenerme caliente, pero era difícil porque también llovió y yo estaba muy mojado”, relató quien había emprendido el viaje solo. Decisión que reconoce que “fue un error”.
Eitan había sufrido cáncer a los 15 años: “Esta es la segunda vez que estoy al borde de la muerte”.
Y añadió: “Para distraerme empecé a grabar videos contando lo que estaba pasando. Hubo momentos de tristeza donde grabé mensajes despidiéndome de la gente que amo. Son muy duros porque no paraba de llorar. Fue un momento que dije ‘probablemente voy a morir acá”.
Si bien en ese momento no tenía mucha noción del tiempo, Eitan está seguro de que cayó alrededor de las 16 del pasado miércoles y que poco después vio un grupo de personas a quienes le gritó. Él creyó que lo habían visto, por eso se mantuvo expectante el resto de la tarde esperando los helicópteros de rescate que ese día no llegaron. Y de un momento al otro, se hizo la noche.
“Tenía que dormir. Me di cuenta que nadie iba a venir a buscarme en esas horas y tenía que recuperar energía para aguantar el día siguiente. Entonces busqué cómo resguardarme para salvar mi vida. Me trasladé con mi cuerpo roto hasta un área cerca mío y pasé la noche. Hacía mucho frío y el abrigo que tenía no era suficiente, además de que me dolía ponérmelo”, rememoró.
Casi 20 horas habían pasado cuando Eitan comenzó a escuchar los primeros helicópteros en la zona: “Ahí pensé ‘hay posibilidades’ y me llené de energía otra vez. Pero no me vieron, se fueron y nunca volvieron. Volví a ponerme triste. Hasta que finalmente volvió a aparecer uno y me saludaron. Como era chiquito el vehículo, fueron a buscar otro para rescatarme”, contó.
Eitán Shaked se grabó mientras estuvo atrapado en el glaciar.
Entonces, la ansiedad. “Esperaba que tardaran media hora en volver, pero tardaron dos. Durante ese tiempo empecé a perder las esperanzas de que me iban a venir a buscar. De repente escuché el sonido de las hélices y vi un hombre. Fue como ver a un ángel para mí. No lo podía creer, dije ‘soy libre’ y todo el dolor que sentía desapareció al darme cuenta de que ya no estaba solo”, se emocionó al contarlo.
En medio de su increíble rescate, a Eitan le contaron que lo que tanto había planeado para sobrevivir por cinco días no iba a funcionar. Según los médicos, ya tenía principios de hipotermia y no hubiera aguantado ni 12 horas más con vida.
El turista israelí compartió fotos de cuando sus rescatistas se acercaban al lugar donde se accidentó en un glaciar en Tierra del Fuego.
“Eso fue muy difícil para mí, porque yo ya había estado cerca de la muerte cuando me detectaron cáncer a mis 15. Estuve ocho meses enfermo y al borde de morir. En ese entonces sabía que estaba a punto de morirme siendo muy joven. Además, el tratamiento era muy duro. Por eso, habiendo superado esa etapa, me enojé conmigo por lo que me pasó ahora”, confesó.
Regresa a IsraelMientras continúa internado, y tras varias operaciones, Eitan ya está planificando cómo continuar su recuperación: “Tengo que soldar mis huesos y eso va a llevar tiempo. Mi familia y amigos estuvieron en contacto conmigo todo este tiempo organizando mi vuelta al país”.
“Voy a recuperarme allá, volver a la universidad y pronto volver para finalizar el viaje que empecé”, dice quien este martes vuelve a Israel, pero deja la puerta abierta para regresar.
A través de las redes sociales, comparte el minuto a minuto de su estadía en el hospital y, cada tanto, sube alguna foto en la que recuerda un poco de la odisea que vivió arriba de la montaña. Como la foto de un guante roto que le alcanzó un rescatista su habitación. “Este era el único que llevaba puesto cuando me rescataron. Estaba mojado y no me cubría del frío”, recordó.
“Estoy muy agradecido con todos, con los rescatistas, los médicos y todas las personas que me salvaron la vida. También con los que se interesaron por mi bienestar. Es imposible describir lo agradecido que me siento con todos”, dijo a modo de despedida de un sobreviviente que siempre está por volver.
DS
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